Presagios
La luz de la foto de mi infancia
presagiaba un destino,
melancólico y lleno de nostalgias;
la cámara, la boina,
y el abriguito de cuadros
me tornaron peregrina.
La maleta anticipaba los viajes,
los libros los que leería,
los discos de tocadiscos que escucharía.
La tierra la planta,
el agua la vid.
De mi restan,
-de esa foto de infancia
que tan sólo hace dos semanas
por primera vez vi-,
la felicidad de un abrazo,
y el amor por la muñeca,
que me transformó en mamá.
Peregrina, a mí también me ponían zapatos de charol. Odiaba los vestidos y por ello más de una vez discutí con papá. No me apasioné por las muñecas, mi favorito era una jirafa a la que yo le decía: mi tigre.
ResponderBorrarHermosa foto y bello poema que nos devuelve a la calidez de la inocencia infantil. Qué bueno que retomes este blog, hacías falta ya.
ResponderBorrarSí, volver por aquí me da gusto, me encantaría empezar pronto a poner las nuevas acuarelas y compartirlas.
ResponderBorrarPero fue divertido salirse de formato y escribir sobre esta foto que salió del cajón de un primo y me era desconocida. Aunque a diferencia de Claudia creo que las muñecas y los vestidos eran mis preferidos pues en casi todas mis fotos de infancia los llevo. Saludos.