Desiertos

La luz de la mañana nos despierta el día esta lluvioso o frio y a veces caliente, simplemente indecible. La ciudad nos recibe en su boca de cemento, las calles nos tragan con sus hordas de invisibles rostros, sin mirar a nadie nos adentramos en la ciudad que habitamos con el deseo inhóspito de encontrarlo todo desierto, un lugar para nosotros mismos. Donde la luz transparente como agua nos muestre el otro lado de las cosas, donde podamos ver más allá a los planetas, y dentro el infinito. Esos días, cuando la luz sea yo, y me despierte con el unico deseo de mirar el universo que habito en mi desierto.